Isabel Cruz de Amenábar.
Madre y protectora, guerrera y taumaturga, María, como Santísima Virgen, Nuestra Señora o Nueva Eva, en su multiplicidad de nombres y advocaciones, traspasa los mares con el Descubrimiento -simbólica navegante y capitana en la carabela de Colón- y se entroniza sobre el territorio americano con la Conquista.
En un proceso de sincretismo religioso y de aculturación visual, paralelo al mestizaje étnico, se incorpora al culto y a la geografía, se hace presente en el arte y en la fiesta, preside cofradías y hermandades cuando se la invoca, ofreciendo auxilio, sanación o misericordia.
María y América, alma y tierra; personificaciones femeninas inextricablemente unidas en la mentalidad popular y en las representaciones artísticas. La figura de la Madre de Dios, teológicamente elaborada por los padres de la Iglesia desde los primeros tiempos cristianos, que España lega a las Indias en plena expansión de la iconografía medieval; y el Nuevo Mundo, ámbito de esperanza y promesa, bajo la forma de alegoría indómita y primigenia, confluyen en el destino de un continente y un territorio. Mariología americana o americanización mariana, ramificada y florecida desbordando la ortodoxia; pues la religiosidad popular resultante es inclusiva y transmutadora.
Desde las cumbres andinas a los territorios a sus pies, María esparce sus nombres en el ímpetu civilizatorio de la nueva cruzada en ultramar. Derrama, como irrenunciables semillas de fe, sus milagros y prodiga bendiciones sobre estas áreas cohesionadas administrativamente desde mediados del siglo XVI hasta comienzos del siglo XIX por el Virreinato del Perú. Lo integran, las audiencias de Quito, actual Ecuador; Charcas, hoy Bolivia; el Perú; el Río de la Plata, actual Argentina, tardíamente constituido en Virreinato; y la Capitanía General de Chile.
Recuperar patrimonialmente la presencia de María en la tradición pictórica de nuestros países, es la propuesta de la Universidad Católica con la muestra, “Vírgenes Sur-Andinas: María, Territorio y Protección, Siglos XVII-XIX” . Buscando el continuum de una auténtica experiencia estético-religiosa, esta selección de pinturas de iconografía mariana, pertenecientes al legado de Joaquín Gandarillas Infante – y que constituyen una de sus facetas más peculiares- da a conocer, pone en valor y difunde imágenes emblemáticas de la devoción regional que hacen dialogar las raíces de la temprana conquista y primera colonización con la actualidad.
Fechas: | 22 de agosto 2014 al 24 de enero 2015 |
Horario: | Lunes a sábado, 10 a 20 hrs. |
Lugar: | Sala Joaquín Gandarillas Infante. |
Entrada: | liberada. |
Convenios: | |